La crisis que nos asola

miércoles, 15 de enero de 2014

Concepciones generales acerca de la sociedad capitalista y las relaciones económicas

Según Keynes

Keynes fue el primer economista que reconoció que el Capitalismo estaba enfermo y que exigía intervenciones drásticas del Estado. Consideraba que el optimismo sobre el libre mercado no se extrae de los hechos ni de la realidad, sino de una hipótesis muy simple. Las complicaciones reales que niegan esa simplicidad y que los economistas ignoran son las siguientes:

1. Cuando las unidades eficientes de producción son grandes en relación con las unidades de consumo.

2. Cuando los gastos generales están presentes.

3. Cuando las economías internas tienden a la agregación de la producción.

4. Cuando el tiempo necesario para el ajuste es dilatado.

5. Cuando la ignorancia prevalece sobre el conocimiento.

6. Cuando los monopolios y las asociaciones interfieren en la igualdad de la negociación.

Los economistas tradicionales consideran que la hipótesis simple representa lo natural, por lo que es la ideal. Es decir, la consideran saludable y las complicaciones posteriores como una enfermedad.

Keynes concluye reconociendo que el Capitalismo es contradictorio y en absoluto es un régimen cerrado y completo, ni supone una estructura natural para el desenvolvimiento de la sociedad humana.

No obstante sí defendía el Capitalismo frente al Socialismo, al menos el Socialismo que él estaba viviendo. En su concepto considera que el Capitalismo es la dependencia de un atractivo por hacer dinero y por tanto motor suficiente para estimular la maquinaria económica.

En su "Teoría General" reconoce dos grandes inconvenientes de la sociedad capitalista: su incapacidad para garantizar la ocupación completa y la arbitraria y desigual distribución de la riqueza.

El sistema keynesiano se apoya en el papel activo del Estado. Pero cree que esa actuación afecta a la iniciativa privada. Para Keynes la eficiencia económica está relacionada con la iniciativa privada. En su opinión "el individualismo es la mejor salvaguarda de la libertad personal si puede ser limpiado de sus defectos y abusos, en el sentido de que, comparado con otro sistema, amplía considerablemente el campo en que puede manifestarse la facultad de elección personal.

En el fondo Keynes apuesta por un sistema en el que el laissez faire juegue su papel sin llegar a hundirse. A tal respecto dice: "Pero si la demanda es adecuada  -regulada en gran medida por el Estado- bastará con la habilidad y la buena suerte."

Según Milton Friedman

Las concepciones de Friedman son más reaccionarias y conservadoras.

En opinión de este economista, la libertad económica es requisito esencial de la libertad política. Al permitir que las personas cooperen entre sí sin la coacción de un centro decisorio, la libertad económica reduce el área sobre la que se ejerce el poder político. Además, al descentralizar el poder económico, el sistema de mercado compensa cualquier concentración de poder político que pudiese sobrevenir. La combinación de poder político y económico en las mismas manos es una fórmula que asegura la tiranía. En un contexto tal, no es permisible acusar al mecanismo económico de mercado capitalista de ser el causante de la Gran Depresión. Según Friedman, la Gran Depresión se produjo por el fracaso del Estado en el área monetaria donde ejercía el control. Sin embargo, esa responsabilidad no se reconoció ni entonces ni ahora. Al contrario, amplios grupos interpretaron la depresión como un fracaso del sistema capitalista de libre mercado.

En su teoría el libre mercado ha sido y es garantía del progreso y de la libertad. Como vemos es una visión opuesta a la de Keynes que ve en la libertad de mercado las condiciones propicias para la generación de las crisis económicas y muchos de los males que aquejan al sistema.

Friedman tiene una confianza absoluta en los mecanismos de la libre competencia; atribuye a esa libertad todo progreso. Considera que es la única manera de no caer en el Socialismo que es sinónimo de esclavitud. Por eso identifica el control estatal con Socialismo y libre intercambio con libertad.


Acaba afirmando que el intercambio voluntario no es condición suficiente para llegar a la prosperidad y la libertad, pero el intercambio voluntario sí es condición necesaria tanto para la prosperidad como para la libertad.

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